lunes, 28 de junio de 2010

ENCEFALOPATIA HEPATICA

Es un síndrome de alteración mental que aparece en pacientes con insuficiencia hepática aguda o crónica. En algunos casos raros puede ocurrir en ausencia de daño hepático (síndromes hiperamoniémicos).

La encefalopatía hepática aguda se presenta en casos de necrosis hepática masiva asociada con infecciones virales, fármacos, tóxicos, o con esteatosis micronodular que suele presentarse con medicamentos, como las tetraciclinas, administrados por vía intrevenosa o en el hígado graso del embarazo. Las manifestaciones clínicas son diversas y varían desde cambios sutiles de la personalidad hasta el coma profundo (Tabla No. 1).

Tabla No.1

ESTADIOS DE LA ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA

Estadio

Síntomas

Signos

I

II

III

IV

Cambios de personalidad

Confusión mental

Coma ligero - Estupor

Coma profundo

Apraxia: dificultad para escribir

Asterexis: fetor hepático

Asterexis: fetor hepático, rigidez, hiperreflexia

Tono muscular disminuido, hiperreflexia

ETIOPATOGENIA

La etiología de la encefalopatía hepática no está bien establecida. En la mayoría de las veces es el resultado de una alteración metabólica, reversible, que puede tener su origen en un empeoramiento gradual de una enfermedad hepática o en un deterioro repentino de la función hepática, como ocurre en la hepatitis fulminante. Otra situación clínica es aquella en la que el paciente con una enfermedad hepática crónica estable, como la cirrosis con hipertensión portal, desarrolla la encefalopatía debido a una o varias de las causas precipitantes enumeradas en la tabla No. 2.

La hipertensión portal es causa frecuente de encefalopatía, y el cuadro puede hacerse más marcado luego que el paciente ha sido sometido a una derivación, o "shunt" portosistémico. En la práctica clínica ésta es la causa más frecuente.

Tabla No. 2

Causas desencadenantes de encefalopatía hepática

  1. Hemorragia gastrointestinal
  2. Azotemia
  3. Trastornos del equilibrio ácido-base
  4. Infecciones
  5. Sedantes
  6. Hepatitis (alcohólica o viral)

Debido a la pérdida de la capacidad filtradora del hígado y a la disminución en la función de dicho órgano, se acumulan varias toxinas que pueden interaccionar entre sí y alterar la función cerebral. Entre estas substancias se incluyen el amonio, un aumento en las concentraciones de los neurotransmisores inhibidores, como el ácido gammaaminobutírico (GABA), la octopamina y la serotonina. Colateralmente se presenta un aumento de la permeabilidad de la barrera hematoencefálica y alteraciones del metabolismo de la energía cerebral. Es probable que estos mecanismos no se excluyan mutuamente y que por el contrario, actúen en forma sinérgica para producir el síndrome clínico de la encefalopatía hepática.

DIAGNOSTICO

CUADRO CLINICO

El diagnóstico de la encefalopatía hepática depende de la existencia de una enfermedad hepática, desde la insuficiencia hepática aguda y la toxicidad por fármacos, hasta las enfermedades crónicas, tales como la hepatropatía alcohólica o la cirrosis.

En la historia clínica se hace énfasis especial en los antecedentes de enfermedades del hígado diagnosticadas con anterioridad, una historia de alcoholismo o de hepatitis. Transfusiones de sangre previas o abuso de drogas por vía intravenosa pueden sugerir una hepatitis crónica B o C. La utilización de fármacos hepatotóxicos, como la metildopa, la nitrofurantoina o la isoniácida, puede ser causa de una hepatopatía crónica, mientras que una dosis alta de paracetamol puede ser causante de una necrosis hepatocelular fulminante.

El cuadro clínico incluye tres elementos: cambios en el estado mental, hedor hepático y asterixis. El hedor hepático se refiere al aliento fétido del paciente. La asterixis es un temblor por sacudidas, irregular y bilateral de las manos, debido a una interrupción momentánea y brusca del tono muscular de los antebrazos.

El examen físico se centra en la búsqueda de los estigmas característicos de las enfermedades hepáticas: ictericia, nevus en araña, ginecomastia, atrofia testicular, venas distendidas en la pared abdominal (cabeza de medusa) y ascitis.

La exploración neurológica durante los estadíos precoces suele mostrar apraxia de construcción y dificultad para escribir. Otros hallazgos físicos son la rigidez de las extremidades e hiperreflexia. En el estadío de coma profundo suele haber pérdida del tono muscular y disminución de los reflejos tendinosos profundos.

LABORATORIO

Pruebas de funcionamiento hepático alteradas. Dentro de éstas, las de mayor valor son la concentración sérica de albúmina y el tiempo de protrombina, porque reflejan la función de síntesis.

Amonio sérico. Las concentraciones suelen ser altas en los enfermos con encefalopatía hepática, si bien no guardan relación con el grado de la enfermedad, por lo cual su medición se limita únicamente al seguimiento del paciente para valorar su respuesta al tratamiento. Es de esperarse que disminuyan los niveles de amonio sérico en los casos en que la terapia instituida sea efectiva.

Electrolitos séricos. El hallazgo más frecuente es la hiponatremia.

Gases arteriales. La presencia de alcalosis respiratoria, secundaria a la hiperventilación de origen central, es un dato característico de la mayoria de los enfermos, al menos inicialmente.

Electroencefalograma. Se pueden observar ondas de gran amplitud y baja frecuencia sin cambios focales; es frecuente que haya ondas trifásicas en rachas paroxísticas. Aunque estos cambios son característicos, no son diagnósticos. Es así como enfermos con otras encefalopatías metabólicas, como la uremia y la narcosis por anhídrido carbónico, pueden exhibir hallazgos semejantes.

DIABETES EN EL ADULTO MAYOR


Es un trastorno metabólico caracterizado por la carencia de insulina o por la falta de efectividad de la misma, que se traduce en elevadas concentraciones de azúcar en la sangre
La diabetes mellitus se ha convertido en importante problema de salud pública en el adulto mayor; el tipo más frecuente que presentan es la diabetes tipo 2. La causa o factor de riesgo se relaciona con el tipo de vida que lleva una persona, y esto tiene que ver con los malos hábitos alimenticios, consumo de comida chatarra, el sedentarismo (estar sentado mucho tiempo viendo televisión, en la computadora, videojuegos, falta de ejercicio) y la genética; es decir, si los padres o abuelos tuvieron o tienen diabetes, existe mayor riesgo de padecerla también.
Se trata de una enfermedad que cada día va en aumento, pues de 240 millones de personas diabéticas que hay en todo el mundo, se estima que para el 2025 la cifra alcanzará los 350 millones.
Medidas de prevención
Deben dirigirse principalmente a la población adulta mayor en riesgo de adquirirla:
· Obesos.
· Con antecedentes familiares de diabetes.
· Hipertensos.
· Hiperlipidémicos (elevación anormal del colesterol y/o triglicéridos).
· Mujeres menopáusicas.

La prevención primaria debe estar dirigida a combatir los factores de riesgo modificables, como son la obesidad, sedentarismo, hiperlipidemias, hipertensión, tabaquismo y nutrición inapropiada; es decir fomentar un estilo de envejecimiento saludable. La secundaria está dirigida a los pacientes portadores de diabetes mellitus o intolerancia a la glucosa, y tiene como objetivos a través del buen control metabólico de la enfermedad, prevenir las complicaciones agudas y crónicas.
La terciaria está dirigida a pacientes diabéticos con complicaciones crónicas, para detener o retardar su progresión; esto incluye un control metabólico óptimo y evitar las discapacidades mediante la rehabilitación física, psicológica y social. Una vez que se diagnostica diabetes al adulto mayor, éste debe conocer y entender la enfermedad para tratar de sobrellevarla lo mejor posible, debe saber que su padecimiento no se cura, sólo se controla, y que al seguir las indicaciones y tratamiento correctos se pueden prevenir o reducir las complicaciones. De lo contrario, si no toma los medicamentos, no hace ejercicio y no lleva una alimentación balanceada, la enfermedad se complicará.
Complicaciones
Todas son a largo plazo y crónicas. Son las que afectan a los órganos, cerebro (infarto cerebro vascular), ojos (rinopatía diabética), los riñones (nefropatía diabética), corazón (infarto al miocardio), extremidades (mala circulación que le puede provocar pie diabético). Por lo tanto, un mal control lleva a una complicación en todo el organismo, generalmente por una hiperglucemia, exceso de glucosa.
Educar al adulto mayor
Es esencial explicarle la importancia del tratamiento y la aplicación de insulina para el control de la diabetes. La insulina es una hormona producida por una glándula denominada páncreas. Ayuda a que los azúcares obtenidos a partir del alimento ingerido lleguen a las células del organismo para suministrar energía y tener niveles normales de glucosa. La diabetes mellitus es una enfermedad en la cual la actividad reguladora de la insulina es defectuosa debido a una producción insuficiente de la misma. Un aumento en la destrucción de la insulina o una acción ineficaz de dicha hormona puede alterar los niveles de glucosa. Por lo tanto, llega un momento en que la insulina del paciente diabético no lleva a cabo su función. Por esa razón es importante que sepa que habrá momentos en que requerirá de la administración de insulina y que ésta no es mala. Actualmente existe gran variedad y tipos de insulina, pero lo ideal es utilizar aquélla que simula lo más fisiológicamente posible, las acciones de la insulina natural. Durante el día hay dos formas de liberación de insulina: la que actúa después de los alimentos (desayuno, comida y cena); y la que se libera de forma continua (con el cafecito, las galletas, un chocolate, etcétera).

Puntos para recordar
la diabetes mellitus en el adulto mayor es una de las enfermedades crónicas más prevalentes y asintomáticas, por lo que debe realizarse una glicemia en ayunas de rutina para detectar este padecimiento. las medidas de prevención de la diabetes mellitus en el adulto mayor están dirigidas a combatir los factores de riesgo modificables: obesidad, sedentarismo, hiperlipidemias, hipertensión, tabaquismo, nutrición inapropiada y fomentar un estilo de vida saludable. El diagnóstico bioquímico preferencial de la diabetes mellitus en el adulto mayor es una glicemia en ayunas mayor o igual a 126 mg/dl. la evaluación clínica inicial de un paciente diabético debe dirigirse también a identificar las complicaciones crónicas tipo retinopatía, nefropatía, neuropatía o enfermedad coronaria; que se presentan con relativa frecuencia en el paciente recién diagnosticado. El tratamiento no farmacológico, dieta y ejercicio (caminata), son los ejes fundamentales del tratamiento del paciente diabético y sobre esta base debe fijarse terapia a base de insulina. no se debe esperar a diagnosticar la diabetes, se trata de buscar a pacientes que están en riesgo. Si alguien llega a consulta y tiene problemas de peso o cualquier otro signo, vale la pena ponerlo en alerta

TRANSTORNO DEL SUEÑO

Los principales trastornos del sueño del adulto mayor son el insomnio y la apnea del sueño. Para evaluar el insomnio debemos recordar que él necesita menos horas de sueño que el niño o el joven; y que muchas veces un adulto mayor aburrido querría dormir más de lo necesario o mal interpreta su fatiga diurna.

El insomnio puede deberse a causas ambientales (ruido, frío), dolores o molestias físicas, trastornos psicológicos (depresión, ansiedad), ingestión de café, alcohol o estimulantes. Para prevenirlo se debe evitar la automedicación y el uso innecesario de hipnóticos, evitar en la noche el café y otros estimulantes, sacar el televisor del dormitorio, levantarse temprano, suprimir la siesta, hacer ejercicio. A veces ayuda un baño caliente antes de acostarse.

El uso de medicamentos debe ser reservado para casos especiales y siempre bajo control médico.

La apnea del sueño generalmente se debe a obstrucción de la vía respiratoria: edema por infecciones, obesidad, alcohol o hipnóticos. La obstrucción hace roncar y la apnea produce falta de oxígeno e interrumpe breve o parcialmente el sueño, que se hace poco reparador y provoca somnolencia diurna.

El tratamiento básico implica bajar de peso, evitar el alcohol o fármacos; y si esto no es suficiente debe recurrirse a especialistas.

  • El adulto mayor necesita menos sueño que el joven.
  • Para dormir bien debe tener actividades durante el día.
  • El insomnio puede deberse a ansiedad o depresión.
  • Evite automedicarse; consulte a su médico.