Es un trastorno metabólico caracterizado por la carencia de insulina o por la falta de efectividad de la misma, que se traduce en elevadas concentraciones de azúcar en la sangre
La diabetes mellitus se ha convertido en importante problema de salud pública en el adulto mayor; el tipo más frecuente que presentan es la diabetes tipo 2. La causa o factor de riesgo se relaciona con el tipo de vida que lleva una persona, y esto tiene que ver con los malos hábitos alimenticios, consumo de comida chatarra, el sedentarismo (estar sentado mucho tiempo viendo televisión, en la computadora, videojuegos, falta de ejercicio) y la genética; es decir, si los padres o abuelos tuvieron o tienen diabetes, existe mayor riesgo de padecerla también.
Se trata de una enfermedad que cada día va en aumento, pues de 240 millones de personas diabéticas que hay en todo el mundo, se estima que para el 2025 la cifra alcanzará los 350 millones.
Medidas de prevención
Deben dirigirse principalmente a la población adulta mayor en riesgo de adquirirla:
· Obesos.
· Con antecedentes familiares de diabetes.
· Hipertensos.
· Hiperlipidémicos (elevación anormal del colesterol y/o triglicéridos).
· Mujeres menopáusicas.
La prevención primaria debe estar dirigida a combatir los factores de riesgo modificables, como son la obesidad, sedentarismo, hiperlipidemias, hipertensión, tabaquismo y nutrición inapropiada; es decir fomentar un estilo de envejecimiento saludable. La secundaria está dirigida a los pacientes portadores de diabetes mellitus o intolerancia a la glucosa, y tiene como objetivos a través del buen control metabólico de la enfermedad, prevenir las complicaciones agudas y crónicas.
La terciaria está dirigida a pacientes diabéticos con complicaciones crónicas, para detener o retardar su progresión; esto incluye un control metabólico óptimo y evitar las discapacidades mediante la rehabilitación física, psicológica y social. Una vez que se diagnostica diabetes al adulto mayor, éste debe conocer y entender la enfermedad para tratar de sobrellevarla lo mejor posible, debe saber que su padecimiento no se cura, sólo se controla, y que al seguir las indicaciones y tratamiento correctos se pueden prevenir o reducir las complicaciones. De lo contrario, si no toma los medicamentos, no hace ejercicio y no lleva una alimentación balanceada, la enfermedad se complicará.
Complicaciones
Todas son a largo plazo y crónicas. Son las que afectan a los órganos, cerebro (infarto cerebro vascular), ojos (rinopatía diabética), los riñones (nefropatía diabética), corazón (infarto al miocardio), extremidades (mala circulación que le puede provocar pie diabético). Por lo tanto, un mal control lleva a una complicación en todo el organismo, generalmente por una hiperglucemia, exceso de glucosa.
Educar al adulto mayor
Es esencial explicarle la importancia del tratamiento y la aplicación de insulina para el control de la diabetes. La insulina es una hormona producida por una glándula denominada páncreas. Ayuda a que los azúcares obtenidos a partir del alimento ingerido lleguen a las células del organismo para suministrar energía y tener niveles normales de glucosa. La diabetes mellitus es una enfermedad en la cual la actividad reguladora de la insulina es defectuosa debido a una producción insuficiente de la misma. Un aumento en la destrucción de la insulina o una acción ineficaz de dicha hormona puede alterar los niveles de glucosa. Por lo tanto, llega un momento en que la insulina del paciente diabético no lleva a cabo su función. Por esa razón es importante que sepa que habrá momentos en que requerirá de la administración de insulina y que ésta no es mala. Actualmente existe gran variedad y tipos de insulina, pero lo ideal es utilizar aquélla que simula lo más fisiológicamente posible, las acciones de la insulina natural. Durante el día hay dos formas de liberación de insulina: la que actúa después de los alimentos (desayuno, comida y cena); y la que se libera de forma continua (con el cafecito, las galletas, un chocolate, etcétera).
Puntos para recordar
la diabetes mellitus en el adulto mayor es una de las enfermedades crónicas más prevalentes y asintomáticas, por lo que debe realizarse una glicemia en ayunas de rutina para detectar este padecimiento. las medidas de prevención de la diabetes mellitus en el adulto mayor están dirigidas a combatir los factores de riesgo modificables: obesidad, sedentarismo, hiperlipidemias, hipertensión, tabaquismo, nutrición inapropiada y fomentar un estilo de vida saludable. El diagnóstico bioquímico preferencial de la diabetes mellitus en el adulto mayor es una glicemia en ayunas mayor o igual a 126 mg/dl. la evaluación clínica inicial de un paciente diabético debe dirigirse también a identificar las complicaciones crónicas tipo retinopatía, nefropatía, neuropatía o enfermedad coronaria; que se presentan con relativa frecuencia en el paciente recién diagnosticado. El tratamiento no farmacológico, dieta y ejercicio (caminata), son los ejes fundamentales del tratamiento del paciente diabético y sobre esta base debe fijarse terapia a base de insulina. no se debe esperar a diagnosticar la diabetes, se trata de buscar a pacientes que están en riesgo. Si alguien llega a consulta y tiene problemas de peso o cualquier otro signo, vale la pena ponerlo en alerta
La diabetes mellitus se ha convertido en importante problema de salud pública en el adulto mayor; el tipo más frecuente que presentan es la diabetes tipo 2. La causa o factor de riesgo se relaciona con el tipo de vida que lleva una persona, y esto tiene que ver con los malos hábitos alimenticios, consumo de comida chatarra, el sedentarismo (estar sentado mucho tiempo viendo televisión, en la computadora, videojuegos, falta de ejercicio) y la genética; es decir, si los padres o abuelos tuvieron o tienen diabetes, existe mayor riesgo de padecerla también.
Se trata de una enfermedad que cada día va en aumento, pues de 240 millones de personas diabéticas que hay en todo el mundo, se estima que para el 2025 la cifra alcanzará los 350 millones.
Medidas de prevención
Deben dirigirse principalmente a la población adulta mayor en riesgo de adquirirla:
· Obesos.
· Con antecedentes familiares de diabetes.
· Hipertensos.
· Hiperlipidémicos (elevación anormal del colesterol y/o triglicéridos).
· Mujeres menopáusicas.
La prevención primaria debe estar dirigida a combatir los factores de riesgo modificables, como son la obesidad, sedentarismo, hiperlipidemias, hipertensión, tabaquismo y nutrición inapropiada; es decir fomentar un estilo de envejecimiento saludable. La secundaria está dirigida a los pacientes portadores de diabetes mellitus o intolerancia a la glucosa, y tiene como objetivos a través del buen control metabólico de la enfermedad, prevenir las complicaciones agudas y crónicas.
La terciaria está dirigida a pacientes diabéticos con complicaciones crónicas, para detener o retardar su progresión; esto incluye un control metabólico óptimo y evitar las discapacidades mediante la rehabilitación física, psicológica y social. Una vez que se diagnostica diabetes al adulto mayor, éste debe conocer y entender la enfermedad para tratar de sobrellevarla lo mejor posible, debe saber que su padecimiento no se cura, sólo se controla, y que al seguir las indicaciones y tratamiento correctos se pueden prevenir o reducir las complicaciones. De lo contrario, si no toma los medicamentos, no hace ejercicio y no lleva una alimentación balanceada, la enfermedad se complicará.
Complicaciones
Todas son a largo plazo y crónicas. Son las que afectan a los órganos, cerebro (infarto cerebro vascular), ojos (rinopatía diabética), los riñones (nefropatía diabética), corazón (infarto al miocardio), extremidades (mala circulación que le puede provocar pie diabético). Por lo tanto, un mal control lleva a una complicación en todo el organismo, generalmente por una hiperglucemia, exceso de glucosa.
Educar al adulto mayor
Es esencial explicarle la importancia del tratamiento y la aplicación de insulina para el control de la diabetes. La insulina es una hormona producida por una glándula denominada páncreas. Ayuda a que los azúcares obtenidos a partir del alimento ingerido lleguen a las células del organismo para suministrar energía y tener niveles normales de glucosa. La diabetes mellitus es una enfermedad en la cual la actividad reguladora de la insulina es defectuosa debido a una producción insuficiente de la misma. Un aumento en la destrucción de la insulina o una acción ineficaz de dicha hormona puede alterar los niveles de glucosa. Por lo tanto, llega un momento en que la insulina del paciente diabético no lleva a cabo su función. Por esa razón es importante que sepa que habrá momentos en que requerirá de la administración de insulina y que ésta no es mala. Actualmente existe gran variedad y tipos de insulina, pero lo ideal es utilizar aquélla que simula lo más fisiológicamente posible, las acciones de la insulina natural. Durante el día hay dos formas de liberación de insulina: la que actúa después de los alimentos (desayuno, comida y cena); y la que se libera de forma continua (con el cafecito, las galletas, un chocolate, etcétera).
Puntos para recordar
la diabetes mellitus en el adulto mayor es una de las enfermedades crónicas más prevalentes y asintomáticas, por lo que debe realizarse una glicemia en ayunas de rutina para detectar este padecimiento. las medidas de prevención de la diabetes mellitus en el adulto mayor están dirigidas a combatir los factores de riesgo modificables: obesidad, sedentarismo, hiperlipidemias, hipertensión, tabaquismo, nutrición inapropiada y fomentar un estilo de vida saludable. El diagnóstico bioquímico preferencial de la diabetes mellitus en el adulto mayor es una glicemia en ayunas mayor o igual a 126 mg/dl. la evaluación clínica inicial de un paciente diabético debe dirigirse también a identificar las complicaciones crónicas tipo retinopatía, nefropatía, neuropatía o enfermedad coronaria; que se presentan con relativa frecuencia en el paciente recién diagnosticado. El tratamiento no farmacológico, dieta y ejercicio (caminata), son los ejes fundamentales del tratamiento del paciente diabético y sobre esta base debe fijarse terapia a base de insulina. no se debe esperar a diagnosticar la diabetes, se trata de buscar a pacientes que están en riesgo. Si alguien llega a consulta y tiene problemas de peso o cualquier otro signo, vale la pena ponerlo en alerta
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